LA MOTIVACIÓN AL ESTUDIO #3
En nuestro espacio de reflexión anterior compartíamos con ustedes nuestra respuesta a preguntas como:
¿Por qué estudiar? Y ¿para qué estudiar?.
Otras preguntas metacognitivas que pueden ayudar a la hora de compartir con nuestros hijos e hijas el interés por el estudio pueden ser:
¿Cómo te sientes cuando estudias?, ¿Cuándo estudiar?
Sobre la planificación del tiempo, ¿Dónde estudiar?
Sobre el lugar de estudio, ¿Cómo estudiar?
¿Cómo te sientes cuando estudias?
Desde que se ha empezado a estudiar el componente emocional como un factor más de la inteligencia han pasado ya muchos años. Daniel Goleman organizó y sistematizó muchos de los contenidos que afectan a la importancia de las emociones en cualquier actividad humana, y el estudio es una de las actividades humanas en la que tiene mayor peso la inteligencia emocional.
Como madres, como padres, como profesores, nos hemos encontrado con niños y adolescentes que son inteligentes, que estudian mucho y que, cuando le preguntamos los temas estudiados, saben todo muy bien, y que luego las notas no son buenas. Tienen ansiedad (generalizada o ante los exámenes, ante el estudio), lloran, no duermen (insomnio de emprendimiento y/o de continuidad), se comen las uñas (onicofagia), presentan cuadros clínicos de fobia escolar, con nauseas, somatizaciones y dolores varios… ¿Qué pasa con ellos? ¿qúe les pasa por su cabeza?. Algunos de ellos eligen el abandono escolar, otros luchan hasta el punto de perder su salud en el empeño.
Debemos analizar los sentimientos que el estudio genera en nuestros hijos, relativizar la importancia vital que en muchas familias se le concede al estudio. Nada debe ser tan importante como la salud. Reflexionar sobre lo que el estudio supone en nuestras vidas, descubrir o redescubrir el placer de aprender por aprender. Entender el aprendizaje como una forma de generar conexiones sinápticas, como una forma de desarrollo a todos los niveles, como una ocasión para relacionarnos.
Como madres, padres, o profesores entender que los conocimientos, los contenidos escolares no son un fin en si mismos. De hecho todos reconocemos que lo que estudiamos en la escuela, en el instituto y en la universidad, prácticamente lo olvidamos todo. Los contenidos cambian con el tiempo. Las capitales de muchos países, las fronteras, incluso la historia cambia en función de los intereses de los gobiernos o de quien la escriba. Los alimentos más convenientes para la salud también cambian en función de los intereses comerciales de cada época. Recordemos los versos de Ramón de Campoamor:
En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira
sino que todo es según el color
del cristal con qué se mira
El estudio podemos verlo de muchas maneras: como garantía de futuro, como placer de aprender, como castigo, como pesada carga. Ahí está nuestro papel como padres y madres, pero sobre todo como profesores. Recuerdo una madre que amenazaba a un niño de dos años, muy traste, con: “el año que viene ya verás ya, como en el cole te castigan por malo”. No podemos anticipar consecuencias negativas del colegio, no podemos castigar a nuestros hijos con: “vete a tu habitación y ponte a estudiar”. Irán a su habitación, abrirán el libro, … pero ¿estudiarán?.
Motivémosle reconociendo su esfuerzo, reconociendo lo mucho que saben en comparación con lo que nosotros sabíamos a su edad, reconozcamos la dificultad del estudio. El estudio es un medio, nunca debe ser un fin en sí mismo. El estudio es un medio para conseguir un fin. El fin del desarrollo personal integral y armónico de nuestro ser.
He oído a padres y a profesores decir que ahora no se sabe nada, no se estudia nada, los niños de ahora son unos mal educados, … y demás lindezas por el estilo. Estas quejas son tan antiguas como la historia de la educación. Regeneremos nuestra actitud en positivo. Si analizamos seriamente la realidad educativa de nuestro tiempo nos daremos cuenta de que nunca había estado generalizada la escolarización, erradicado el analfabetismo entre la población oriunda, nunca hasta ahora había tan alta preparación entre la juventud. Que si, que todos sabemos que hay estudiantes que cometen garrafales faltas de ortografía, que tienen carencias formativas agudas, … pero, como siempre se ha dicho: “la excepción confirma la regla”. En porcentajes nunca el mundo había visto juventud tan preparada.
Es difícil enamorarse de alguien que nos imponen. En el estudio también es difícil enamorarse de una asignatura que nos imponen, en la que el profesor entiende su calidad docente como el mayor índice de suspensos conseguidos. No es mejor profesor el que más alumnos suspende. No es más importante la asignatura en la que más alumnos suspenden. No vamos amar el idioma gallego si nos lo imponen como una asignatura difícil de superar. Podemos amar el gallego si aprendemos a disfrutar de los bellísimos textos que han producido nuestros literatos, si admiramos las múltiples formas expresivas con las que cuenta nuestro idioma y no imponemos como normativa la que se usa en nuestra zona o la que más se asemeja al portugués o al latín clásico.
El objetivo de la lengua es comunicar. Algunos profesores son supermodernos con el uso de los emoticones y el lenguaje abreviado de las TICs y excesivamente impositivos en cuanto a la rigurosidad de la normativa del gallego. Y digo esto del gallego, porque amo el gallego, lo he hablado siempre, lo hablo siempre, pero cuando quiero comunicarme con mucha gente, cuando quiero compartir mis reflexiones como estoy haciendo ahora lo hago en una lengua que puedan entender todos los que me lean. Por ello escribimos en castellano estas reflexiones, para las que pedimos el mismo respeto que nosotros tenemos para con las demás opiniones.
Es importante que los estudiantes se sientan bien cuando estudian. Se sientan y se sienten. Se sientan de sentirse y se sienten de sentarse. Del tema postural hablaremos en su momento. A ese sentimiento de interés, comodidad y satisfacción debemos contribuir tato padres como profesores. El círculo de ESTUDIO AGRADABLE Y EFICAZ está demostrado por la totalidad de investigaciones llevadas a cabo al respecto. Tanto más eficaz es el estudio cuanto más agradable resulta. Una sencilla pregunta a nuestros hijos o alumnos:
¿Cuál es la asignatura que más te gusta? ¿En qué asignatura sacas mejores notas?.
Comprobaremos como en la mayoría de los casos coinciden en la misma asignatura. La correlación entre gusto y calificación alta se multiplica por diez si la pregunta se refiere a las tres asignaturas que más le gustan y en qué tres asignaturas sacan mejores notas. Si aceptamos este “axioma” debemos fomentar el gusto por las demás asignaturas haciéndole ver las aplicaciones que sus conocimientos tienen para la vida diaria, aumentando el refuerzo por los pequeños logros que consiga en las asignaturas que menos le gustan, destacando las curiosidades históricas, matemáticas, científicas, geográficas, … mediante la referencia a lecturas que nosotros realizamos o a programas de televisión que hayamos visto y en los que se haga referencia a alguna curiosidad relacionada con las asignaturas que nuestros hijos estudian en el colegio.
¿Cuándo estudiar?
Siempre que tenga examen, contestarán la mayoría de estudiantes que definan estudiante como “el que estudia el día antes”. Cuando vamos acumulando experiencia nos damos cuenta de que el estudio del día anterior perdura poco en la memoria y presenta el gran inconveniente de la inabarcabilidad de la materia cuando su extensión es mucho mayor de lo que estimábamos. Hay un refrán portugués que dice: “Se trabaja más en 4 horas que en la mitad de 8”. Este refrán es de gran aplicación a los estudiantes que inician el curso con el firme propósito de estudiar todos los días, pero que luego siempre se les presentan actividades más agradables que el estudio y esperan al día antes para enfrentarse a la tarea. Hay, incluso, estudiantes que confiesan que para activar su memoria necesitan el estrés de la proximidad de la prueba. Esa memoria es a corto plazo, pues lo que se memoriza de hoy para mañana perdura muy poco tiempo en la memoria y en cualquier motivo sucumbe al bloqueo emotivo dejando la mente en blanco ante el estímulo aversivo del examen.
Sobre la planificación del tiempo, se ha escrito mucho. Podríamos recoger infinidad de frases famosas sobre el uso eficaz del tiempo, pero la que primero se nos viene a la mente es: “El tiempo es oro” y en la red podemos encontrarnos con muchas webs que ayudan a organizar nuestro tiempo. Es importante tener claro qué hacer en cada momento para rentabilizar el tiempo y que nos quede más tiempo libre para nuestro ocio.
Una actividad que podemos proponerle a nuestros estudiantes es que nos digan cuánto tiempo emplean en hacer cada cosa el día que más ocupados están.
Por ejemplo:
Levantarse 5’
Desayunar 10’
Aseo personal 15’
Ir al cole 15’
Horas de clase…
Testear todas nuestras actividades de un día entero. Desde que me levando hoy, hasta que me levanto mañana. Una vez que ha terminado de listar todas sus actividades, desplazamientos, comidas, clases, extraescolares, deporte, …le pedimos que sume los tiempos empleados. ¿Sumará 24 h?. Seguro que no. A partir de ahí empezamos a analizar el uso del tiempo.
¿En qué perdemos el tiempo?.
Ni nosotros mismos lo sabemos. Por ello se recomienda siempre usar el móvil con su calendario o cronogramas anuales, trimestrales, mensuales semanales y diarios; cada uno de ellos en una sola carilla del folio. Las propias planificaciones del tiempo constituyes herramientas de estudio por aproximaciones sucesivas. Al ir anotando todo en la hoja de programación siempre sabremos que es lo pendiente que nos queda por hacer.
Dentro de este apartado siempre nos planteamos la misma pregunta: ¿Cuándo se estudia mejor: ¿por la mañana o por la tarde noche?. Y siempre encontraremos opiniones divididas al respecto. Por la mañana se aprende mejor, se está más fresco, … pero también se olvida más por las interferencias que sufro a lo largo de todo el día. Por la noche cuesta más aprender, pero lo aprendido se consolida mejor por el descanso de toda la noche. Por ello se recomienda memorizar por la mañana y repasar por la noche.
Continuaremos compartiendo con todos nuestros lectores y lectoras nuestras reflexiones sobre preguntas como: ¿Dónde estudiar? Sobre el lugar de estudio, ¿Cómo estudiar? Sobre las técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje en donde tomaremos prestadas las técnicas de estudio tal y como las organiza el instituto PASCAL.
Elías Domínguez Prieto (Doctor en Ciencias de la Educación)
María del Carmen Mora Domínguez (Estudiante de 4º de Magisterio)
Xiana Domínguez Estévez (Estudiante de Magisterio)